ictus por estrés laboral

Ictus por estrés laboral: síntomas

Índice

Las actuales condiciones de empleo, el teletrabajo, las nuevas responsabilidades laborales, el exceso de actividad, los cambios tecnológicos o la incertidumbre están creando las condiciones idóneas para generar situaciones de angustia y ansiedad entre los trabajadores. Está demostrado que aquellos que sufren mucha presión tienen más posibilidad de sufrir un ictus por estrés.

Es por eso que el ictus ya no es exclusivo de las personas mayores, ya que cada vez está afectando a personas más jóvenes, especialmente entre 20 y 64 años, es decir, en plena edad laboral.

Efectos del estrés laboral

Antes de explicar cómo sucede el ictus por estrés conviene entender qué le sucede a nuestro organismo cuando lo estresamos. 

El estrés es la reacción física y emocional que sufrimos ante un cambio o un reto. Nuestro organismo reacciona ante un peligro y se prepara para afrontarlo. Por eso aparecen síntomas como la taquicardia, incremento de la presión arterial, sudoración, disminución de la salivación o el aumento del ritmo respiratorio. 

Esta respuesta, en cierto modo, es positiva y ha permitido al hombre sobrevivir, adaptarse y mantenerse a salvo de las amenazas y peligros. Pero si el estrés se prolonga en el tiempo y se hace crónico, nuestro cuerpo no encuentra el momento para descansar y reponerse de esa activación, y esto, al final, pasa factura.

Además, el hecho de sufrir estrés continuado puede conducirnos a comportamientos nada saludables, como el tabaquismo, el consumo de alcohol y de drogas, la falta de ejercicio físico y una mala alimentación. Todo ello puede desencadenar diferentes patologías, como la hipertensión arterial, diabetes u obesidad, lo cual aumenta aún más las posibilidades de sufrir un ictus por estrés.

Ictus por estrés, en qué consiste

Como hemos visto, nuestro organismo no sufre un ictus como consecuencia directa del estrés, pero el estrés sí que puede contribuir al desarrollo de enfermedades y agravar los factores de riesgo existentes. Es por eso que, cuando hablamos del ictus por estrés, nos referimos a aquellos casos en los que el estado físico se ve perjudicado por el estado emocional de la persona, lo cual puede provocar que tarde o temprano suceda un derrame o un infarto cerebral.

Puesto que el ictus se presenta sin avisar, debemos estar atentos ante las señales que nos alertan de un riesgo elevado:

  • Tensión arterial por encima de 130/80 mm Hg
  • Colesterol “malo” o LDL por encima de 100.
  • Nivel de glucosa en ayunas que excede de 110. 
  • Fibrilación auricular, que es una arritmia en el corazón que puede originar coágulos de sangre.
  • Nivel elevado de ácido úrico.
  • Abuso de sustancias como el alcohol y las drogas.
  • Tabaquismo.

Todos estos factores de riesgo son modificables y podemos cambiarlos con la mejora de nuestros hábitos de vida. Pero también pueden ser consecuencia del estrés y de un bajo estado de ánimo que, a muchas personas, les provoca consumir más dulce, tabaco o alcohol, o pasar más tiempo en casa, aumentando el sedentarismo y el peso corporal. En definitiva, si el origen de estos problemas es el estado de ánimo, hablamos de un ictus por estrés.

Síntomas del ictus por estrés

Los síntomas más comunes de un ictus por estrés incluyen:

  • Debilidad o adormecimiento repentino en el rostro, brazo o pierna, generalmente en un lado del cuerpo.
  • Dificultad para hablar o entender el habla.
  • Pérdida repentina de visión o visión borrosa en uno o ambos ojos.
  • Dolor de cabeza repentino e intenso sin causa conocida.
  • Mareos o pérdida del equilibrio y de la coordinación.
  • Dificultad para caminar correctamente.
  • Confusión repentina, problemas de memoria o dificultad para comprender el lenguaje.
  • Dificultad para tragar.

Estos síntomas pueden aparecer de forma repentina y empeorar rápidamente. Hay que recordar que el ictus por estrés es una emergencia médica y hay que actuar con rapidez para evitar que se agraven sus consecuencias.

¿El ictus por estrés laboral se considera accidente laboral?

La consideración de un ictus por estrés como accidente laboral es una cuestión muy discutida que suele acabar en los tribunales. 

Sí que parece claro que, si el ictus surge en el lugar y tiempo de trabajo, o inmediatamente después de finalizar la jornada de trabajo, se considera accidente laboral. También hay sentencias que consideran la laboralidad del ictus para aquellos casos de estrés laboral prolongado que den lugar a tal padecimiento.

Por el contrario, también hay sentencias que no consideran al ictus como accidente de trabajo. Es el caso del ictus que se sufre en periodos ajenos a la prestación de servicios, de descanso o de actividades de carácter personal o privado. O cuando el trabajo desempeñado no ha sido el origen ni causa del mismo. Tampoco es accidente laboral si el trabajador ha realizado una actividad laboral con posterioridad a haber sufrido los síntomas, ya que puede ser calificado de imprudencia por parte del trabajador. 

En cualquier caso, conviene recurrir a asesores legales para determinar si el ictus por estrés puede ser considerado como accidente laboral, dependiendo de sus circunstancias.

Rehabilitación neurológica para la reintegración laboral

Prácticamente, la mitad de las personas que sobreviven a un ictus tienen secuelas importantes que, en muchos casos conlleva una incapacidad laboral. En este punto, la rehabilitación neuronal (https://www.lescer.es/tratamientos-dano-cerebral-adquirido/rehabilitacion-ictus/)  es esencial para que la persona pueda tener opciones de seguir trabajando y recuperar una buena calidad de vida. 

En el Centro Lescer la rehabilitación neurológica después de un ictus por estrés es un proceso integral que tiene como objetivo ayudar a los pacientes a recuperar aquellas habilidades y funciones que se han visto afectadas debido a este importante accidente cerebrovascular. La rehabilitación se adapta individualmente a las necesidades y capacidades de cada persona, y conlleva la participación de nuestro equipo transdisciplinar formado por médicos neurólogos, rehabilitadores, fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales, logopedas, neuropsicólogos y trabajadores sociales, entre otros.

Nuestra terapia neurológica no solo trata de recuperar habilidades esenciales como hablar o caminar, sino que también vela por el bienestar emocional y psicológico de los pacientes que han sufrido ictus por estrés y sus familias (https://www.lescer.es/tu-rehabilitacion/#familia)

Si necesitas más información sobre el ictus (https://www.lescer.es/tratamientos-dano-cerebral-adquirido/rehabilitacion-ictus/) o sobre los tratamientos de rehabilitación neurológica que desarrollamos en Centro Lescer, puedes escribirnos a administracion@centrolescer.org o llamarnos al 646966700.

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